El domingo 25 de mayo de 2003, partían desde Kabul, 53 militares españoles, que llevaban cuatro meses y medio de mantenimiento de la paz en Afganistán, bajo la Fuerza Internacional ISAF. Formaban parte de ASPFOR IV, el cuarto contingente español que estaba en el país, tras la guerra sucedida a los atentados del 11-S. La primera parte del contingente regresó a España, once días antes. Pasaban de las 14.00 (hora española) cuando embarcaban en el avión, que les transportaría hacía España. Su avión, de fabricación rusa y de compañía y tripulación ucraniana, era un Yakovlev Yak-42D fabricado veinte años atrás con matrícula UR-42352. Los 53 militares españoles desaparecidos iniciaron el viaje sobrevolando las altísimas cordilleras afganas, hasta que llegaron al aeropuerto de Manás en la capital de Kirguistán, a las 16:00, hora española. En esa nueva escala, embarcarían los otros nueve militares que llevaban otros cuatro meses de misión Libertad Duradera, de apoyo aéreo